Artículo técnico realizado por GeBox
La importancia y el por qué.
Aunque estamos en el año 2023, todavía existe un gran número de usuarios de vehículos que piensa que la caja de cambios es un elemento que se instala en el vehículo en un momento dado de la cadena de montaje, y que luego, ya te puedes olvidar de por vida. Esto en parte está propiciado por la estrategia de muchos servicios oficiales, ya que son ellos quienes promulgan en primera instancia dicha información a sus clientes, y es que, como decimos en GeBox, en el año 2023 la caja de cambios sigue siendo un “ente paranormal” al que poca gente se atreve a meter mano.
Pero ¿por qué ese miedo?, ¿por qué ese falso mito de que la caja de cambios está libre de mantenimiento? Pues bien, en parte, porque para las grandes marcas es más sencillo y barato centralizar el personal cualificado en sus cuarteles generales, que tener a personal con conocimientos en cajas de cambios en cada uno de los servicios oficiales, dado que, si careces de este personal es obviamente mejor no dar un tipo de servicio concreto que darlo mal. Es por ello, que cuando se pregunta por el mantenimiento a la mayoría de los servicios oficiales, como regla general te dirán la típica frase de que: “la caja va sellada de fábrica” o, esa otra de: “el aceite es de por vida”.
Pues bien, el aceite no es de por vida, y como en el resto de los elementos del automóvil, es necesaria su renovación.
Pero antes de dar una explicación técnica sobre la necesidad imperativa de renovar el aceite de las cajas de cambios, queremos aclarar un tema que a veces resulta complicado de entender.
Los fabricantes de vehículos son hoy en día, monstruosos ensambladores de partes que, en última instancia conforman el automóvil que cada usuario se lleva a su casa. Y, ¿por qué decimos que son ensambladores? Pues, porque van agregando componente tras componente a lo largo de una cadena de montaje para lograr cumplir con un pedido que alguien ha realizado, muy probablemente, en la otra punta del mundo. Y aunque es cierto que determinados componentes sí son desarrollados por las marcas, hay otros que simplemente no les merece la pena y sencillamente los compran a otras marcas que ya los tienen muy bien desarrollados. De ese modo, tan sólo tienen que integrarlos en el conjunto de sus automóviles. Esto no pilla a nadie de sorpresa, ya que todos conocemos como una marca que llamaremos “Pepita” usa bajo su capó todo un grupo motor-propulsor de otra segunda marca que llamaremos “Manolita”. Pues esto ocurre con las cajas de cambios, ya que no hay más de 8 fabricantes de cajas de cambios en el mundo, y estos 8 venden sus productos a marcas como BMW, Porsche, Mercedes-Benz, Ferrari, Grupo VAG, Stellantis y un largo etcétera.
Así pues, además de que es complicado y muy caro para las marcas automovilísticas tener personal cualificado en cada servicio oficial, aún resulta más complicado hacerlo cuando ni la propia marca ha desarrollado la caja de cambios del coche que ella misma te ha vendido.
Para clarificarlo aún más, vamos a poner un caso concreto. Las cajas automáticas de convertidor de par de 8 velocidades que monta Audi, pertenecen al fabricante ZF, las famosas ZF-8HP. Pero el fabricante ZF también vende sus ZF-8HP a BMW, Alfa Romeo, Jaguar, Aston Martin, Bently, Dodge, Iveco, Jeep, MAN, Porsche, Maserati, Land Rover, Rolls-Royce, y, no nos olvidemos del fantástico Lamborghini Urus. Pues bien, si según estas marcas, cuando un cliente hace la consulta en el concesionario sobre la idoneidad de realizar el mantenimiento de la caja de cambios del nuevo coche que acaba de comprar, muchos de ellos indican que “no lleva mantenimiento”, ¿por qué entonces, el fabricante de esta caja, ZF (en este ejemplo), que es el desarrollador de esta, sí que vende Kits específicos de mantenimiento para garantizar su durabilidad?
Aunque ya hemos respondido a esta pregunta anteriormente, vamos a ofreceros una explicación técnica y razonada de la necesidad del mantenimiento en las cajas de cambios y por qué el aceite no es de por vida.
Si nos ponemos la gorra de Ingeniero, y nos toca diseñar, por ejemplo, una parte pequeña de la caja de cambios, veremos que, influyen una serie de esfuerzos y, que debido a estos se dan unas reacciones. Como se trata de una caja de cambios, los esfuerzos se deben transmitir de la mejor forma posible para que se produzca la menor pérdida de potencia del motor a las ruedas. Es por esto, que dichos esfuerzos y reacciones se darán entre los dientes del piñón de toma y el conducido y se deberán dimensionar de forma que soporte estas cargas durante su vida útil. Cada piñón, ya sea el de toma o el conducido va montado sobre un eje, y dicho eje, para no transmitir un Par de torsio, el cual equivaldría a un consumo de la potencia disponible del motor, se monta sobre rodamientos, los cuales solo transmiten cargas con un Par de torsion CERO. Seleccionar una pareja de rodamientos que sustenten este eje parece tarea fácil dado que existen tablas que nos ayudan a seleccionarlos en función de las cargas, revoluciones, vida útil, y tamaños. Puede darse el caso de que tengamos que desarrollar unos rodamientos a medida, pero no vamos a tratar ese caso aquí, y asumiremos que logramos seleccionar uno que vaya bien para nuestro conjunto de entre los ya disponibles en el mercado. Si os habéis fijado bien, hemos dicho más arriba que para seleccionar el rodamiento influyen parámetros como la vida útil, es decir, el número de ciclos de vida antes de la rotura, y en esto influye directamente otro parámetro que se llama lubricación. Es decir, si no conseguimos que la lubricación en el rodamiento cumpla unos requisitos, no se alcanzará el objetivo de vida útil planificado, y por ende tendremos la falla del rodamiento. Esto quiere decir que, si la lubricación no se mantiene dentro de unos parámetros tendremos un rodamiento que trabaja fuera de la hipótesis de diseño para la cual fue diseñado, y el resultado será su falla final. Esta falla final supone su rotura por no cumplir uno de los aspectos de diseño más importantes, la condición de lubricación.
¿Y cómo se cumple la condición de lubricación?
La condición de lubricación se cumple utilizando un aceite que tenga sus propiedades o especificaciones intactas o al menos controladas, es por eso que, un aceite viejo y que ha perdido sus características no cumple la condición de lubricación y acaba provocando la falla de nuestros rodamientos y demás componentes. El aceite en la caja de cambios, en el motor, en un grupo, etc., está en contacto con elementos que provocan su abrasión, oxidación e incluso desgaste, por eso la importancia de su renovación es crítica, ya que será la única forma de cumplir las condiciones que en su día simuló el ingeniero para cumplir con los objetivos de vida útil y respuesta al trabajo.
Esperamos haber puesto algo de luz sobre todo este asunto relativo al mantenimiento de las cajas de cambio y a la importancia de cambiar el lubricante. Por si os quedan dudas, os dejamos un vídeo donde también os lo explicamos de una manera visual.
Os invitamos a todos a uniros a nuestro canal para estar al día de este y otros muchos asuntos relacionados con el complejo mundo de las cajas de cambio.
En GeBox, estamos a vuestra entera disposición para atenderos tanto para temas de mantenimiento como reparación. Disponemos de más de 600 referencias de kits con todos sus elementos (juntas, filtro, tornillería, lubricante, etc) y, además, podéis encontrarnos también en la plataforma TECDOC.
Nos encontramos en las instalaciones de la antigua T.T.A. Técnicas en Transmisiones Automáticas, en Polígono Industrial Congost, Camí de Parets, 9, 08403 Granollers, Barcelona.
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